EL SIGNIFICADO DEL DÍA DE LA INDEPENDENCIA
Myr. Av. PA Nelson Edgardo Hernández Díaz
"Suene el dulce vocablo de hermano,
bata el aire una enseña de unión,
cinco dedos formando una mano,
alto agiten un cetro de honor."
(Rafael Arévalo Martínez, Guatemalteco.)
El 15 de septiembre de 1821 Centroamérica recuperó la libertad que trescientos años atrás y con mucha crueldad, le había sido arrebatada por los españoles.
El movimiento emancipador hizo que terminaran casi tres siglos de dominación, explotación y humillación, y marcaba con esto el nacimiento de un nuevo estado que intentaba "construir una nación".
Pero los cantos de júbilo de las "Provincias Unidas del Centro de América" no durarían mucho. El "Caudillismo anárquico", las pugnas por la hegemonía de poder, y el bajo nivel de cultura política en la sociedad centroamericana, hicieron que las mismas provincias que se mantuvieron unidas para proclamarse libres, lucharan entre ellas y se dividieran 17 años después, dando origen a las cinco repúblicas que ahora constituyen de manera independiente a Centroamérica. La nación que se intentaba construir terminó dividiéndose.
No es nuestra intención hacer un recuento histórico del movimiento de independencia, sino más bien hacer una reflexión sobre el significado de una de las fechas de mayor transcendencia histórica para Centroamérica.
Para algunos, el 15 de septiembre de 1821 significa simplemente la transición de una forma de explotación a otra. Para otros el significado puede ser el nacimiento verdadero de un estado con expectativas de igualdad para todos. Otros aún afirman que la Independencia fue solamente una oportunidad de riqueza para una minoría que defendía sus propios intereses.
Sin importar la concepción ideológica con que juzguemos nuestra independencia de España, lo que no podemos negar es que el 15 de septiembre de 1821 marcó el inicio de un nuevo orden en el que los centroamericanos optamos por tomar nuestras propias decisiones, incluyendo aquella triste resolución que hizo romper el pacto de la Federación, el 2 de febrero de 1839.
Más aún, debemos reflexionar sobre el hecho de que ninguno de los países celebra esta fecha en la cual Centroamérica se dividió dando origen a la independencia legal de cada uno de los cinco Estados. En realidad, ni siquiera recordamos ese día. Las constituciones de los cinco estados centroamericanos incluyen una cláusula en la que se promueve la integración de lo que un día fue una sola nación. De igual forma, las banderas de los cinco países tienen dos franjas azules que simbolizan los dos mares que rodean al istmo. Una de ellas posee Cinco estrellas; también en la mayoría de escudos centroamericanos aparecen cinco volcanes y la inscripción "15 de septiembre de 1821". En realidad, todo esto refleja la intención sincera, la necesidad y determinación de los países centroamericanos, y las esperanzas que un día alimentaron los sueños de nuestros próceres, las cuales permanecen vivas para lograr un día la tan esperada unión.
Pese a las razones que existieron para la disolución, los pueblos centroamericanos han tratado, desde entonces, de reintegrar una nación dividida. Centroamérica ha tenido que luchar contra las intenciones de anexión de otros estados más grandes, podero
sos y ambiciosos; ha sufrido la explotación por parte de las grandes potencias económicas, que la han arrastrado hasta la lucha entre países hermanos y a conflictos al interior de los estados. Los intereses de estas potencias continúan obstaculizando, posiblemente en menor escala que antes, los procesos integracionistas de la región.
A pesar de todo, nuestros pueblos han alcanzado la Paz y mantienen grandes esfuerzos para consolidar la Democracia. Los obstáculos externos en el camino de la unión centroamericana ya no se visualizan tan ásperos como antes.
Entonces, lo más importante para los pueblos centroamericanos es conmemorar cada año el 15 de septiembre como un sueño revelador de una realidad futura incuestionable, como la posibilidad de que un día no muy lejano "la nación construya nuevamente al Estado", y que nos liberemos y nos independicemos, no de otra potencia o estado, sino de la opresión del odio y del egoísmo que un día nos dividió y nos hizo más débiles y vulnerables.
Nosotros, los centroamericanos, debemos celebrar cada vez que llega el 15 de septiembre como debe ser, con la vista fija en el futuro, con la esperanza de que Dios ilumine el camino a nuestros pueblos y sus gobernantes, y que nos dé vida suficiente para celebrar el momento en que Centroamérica vuelva a ser lo que un día fue: UNA, LIBRE Y SOBERANA.
El Mayor Av. PA Nelson Edgardo Hernández Díaz se graduó de Stte., en diciembre de 1984 en la Escuela Militar "Capitán General Gerardo Barrios". Su formación militar incluye diferentes cursos como piloto, Curso Básico de Inteligencia en la Escuela Nacional de Inteligencia Militar (ESNACIN) y Curso de Plana Mayor en la Escuela de Infantería "Gral. Manuel José Arce". Actualmente se encuentra realizando el Curso de Comando y Estado Mayor Aéreo en la Universidad del Aire en Maxwell AFB Montgomery, Alabama, Estados Unidos de América.